Más de 250.000 españoles sufren lo que llamamos latigazo cervical, un esguince en el cuello con una gran incidencia en la población y que, muchas veces, deriva de un leve accidente de coche. Los toques, cuando estamos estacionados en los semáforos, hacen que el cuello se vaya hacia adelante o a los lados, lo que provoca una hiperextensión que acaba en latigazo cervical. Es la causa más común, pero hay otras, como los accidentes de buceo, los golpes haciendo deporte o una caída.
Los síntomas
Es fácil que no se den al momento, sino que surjan 24 o 48 horas después. Entre los síntomas del latigazo cervical más frecuentes, destacan la rigidez y el dolor en el cuello, que impide moverlo y se puede extender a los hombros o la zona occipital. A veces también sentimos dolor de cabeza, hormigueo en los brazos, zumbidos en los oídos o visión borrosa, lo que se traduce en falta de reflejos, disminución sensorial, cansancio, insomnio e irritabilidad.
El tratamiento
Para tratar el latigazo cervical, siempre has de acudir al especialista, que nos recomendará unas
pautas a seguir para la recuperación. En este sentido, es importante contar con un buen diagnóstico y hacer todas las pruebas que sean necesarias, incluidas las radiografías o resonancias, para descartar cualquier problema más serio. En especial, si sufrimos algunos de los síntomas más graves. El tratamiento suele incluir el uso de collarín, aunque no has de abusar de él.
Además del collarín, es importante perder el miedo cuanto antes e iniciar el tratamiento para el latigazo cervical de la mano de un fisioterapeuta. Nos guiará a través de una serie de ejercicios con los que poco a poco iremos dejando atrás el dolor. Una serie de ejercicios progresivos nos ayudará a recuperarnos del latigazo cervical sin abusar de los fármacos, unos productos a los que no deberíamos recurrir en demasía.